Gran Poder, la pasarela de la moda "chola"

Mantas de bayeta de la tierra con diseños geométricos y en colores ocre naranja, así como trajes de terciopelo, con predominancia del verde agua y el palo de rosa, han inclinado este año la balanza de la "moda chola" aymara, que desfiló en la entrada folclórica del Señor Jesús del Gran Poder.

Esta celebración pagana, denominada también la "fiesta mayor de Los Andes", no sólo es la segunda manifestación cultural más importante de Bolivia, después del carnaval de Oruro, sino que, en los últimos años, se ha convertido en una suerte de "pasarela" de la moda de la sociedad mestiza paceña. De ahí se extiende luego a toda la región occidental del país.

La celebración era, hasta hace unos años, una "fiesta de indios" que se realizaba en una zona periférica de la ciudad de La Paz; pero en la década pasada se trasladó hasta el corazón de la urbe paceña y conquistó a la clase media.

Ahora, unos 25 mil bailarines, de 58 fraternidades, toman las calles céntricas de la ciudad de La Paz en una demostración cultural que mueve alrededor de cuatro millones de dólares y genera más de dos mil empleos eventuales, según datos del municipio. Este año, la fiesta se realizó el sábado 6 de junio.

La veneración al Señor del Gran Poder data del siglo XVII, pero las primeras fraternidades folclóricas se formaron en 1923. El lienzo muestra a Jesús con tres rostros: el derecho predice las cosas buenas, el izquierdo desea desdichas y el del medio, la súplica y el perdón.

Creación colectiva

El concepto de moda en el mundo andino contemporáneo es particular, pues surge de la creatividad colectiva y se origina fundamentalmente en la fiesta, que es un espacio de construcción social de la sociedad mestiza paceña, explica el sociólogo, especialista en patrimonio cultural, David Mendoza.

Las fraternidades de la Morenada, un baile que nació en las cofradías de la población afroboliviana, que se mofaban de los "amos" blancos, son las que imponen la moda, ya que son las de mayor prestigio y las que, además, concentran el poder económico de la élite mestiza.

Quienes confeccionan las prendas, e incluso sugieren detalles particulares, no pueden reclamar la propiedad intelectual del diseño, pues ésta le pertenece a la fraternidad. Las y los bailarines hacen su pedido para toda la comparsa con características específicas. "Toda la producción nacional de mantas, polleras (faldas anchas utilizadas por las cholas, como se llama a las mujeres indígenas), zapatos y sombreros, está destinada a mostrarse en una gran vitrina que es la entrada del Gran Poder", dice Mendoza.

El año pasado, la fraternidad "Los catedráticos" impuso las mantas estampadas con diseños del pintor Mamani Mamani. La artesana indígena Georgina Huaywa asegura que esa fue su idea, al igual que las polleras blancas con mantas plateadas que lucieron en 2006 las mujeres de la fraternidad "Novenantes de Colquepata".

Este año, Georgina Huaywa utilizó sus propios diseños para las mantas y también los del artista plástico Eusebio Choque. Luego del baile, los artesanos copian los modelos tanto para otras festividades como para la vestimenta cotidiana de las mujeres que pueden cubrir el costo. El juego de manta, pollera, sombrero y zapatos cuesta un mínimo de 200 dólares.

Ostentación del poder económico

Las cholas, en especial, no se disfrazan para bailar, aclara el sociólogo, sino que se visten de gala para adorar al Señor Jesús del Gran Poder y demostrar su poderío económico.

Por eso, no escatiman recursos, tanto que varias comparsas danzan a lo largo de los seis kilómetros por donde se extiende el baile, con seguridad privada y, en algunos casos, con guardaespaldas particulares, ya que las joyas que porta cada bailarina fácilmente superan los cinco mil dólares.

Las mantas de bayeta de la tierra, un tejido de lana pura de oveja, con figuras geométricas fue la novedad este año. Pero también las mujeres de la fraternidad "Los Intocables" lucieron mantas y polleras de terciopelo oscuro con brillantes flores de colores. A diferencia del año pasado, la copa del sombrero fue más baja, pero igualmente enjoyada.

"Tenemos una competencia de dinero, de poder, de ostentación, que se manifiesta en las joyas, en las mantas y en las polleras", indica Mendoza. Cada fraternidad compite por ganar a la otra, sobre todo las integradas por la gente de mayor capacidad económica, como los "Señores Maquineros de la Eloy Salmón" que manejan la importación, muchas veces de contrabando, de electrodomésticos.

Alfredo Uscaymanta es propietario de Joyas Anthony Bolivia y baila en la fraternidad "Los Fanáticos". Él cuenta que antiguamente las joyas que se lucían en el Gran Poder eran de tamaño regular, pero ahora son grandes y con incrustaciones de piedras preciosas. Él sostiene que puso de moda las perlas desde el 2005.

El juego de joyas que lleva una mujer cuesta casi seis mil dólares, entre el prendedor de la manta, el ramillete para el sombrero y los aretes. Los hombres portan solapera, pisacorbatas, medallón y esclavas, cuyo costo es de unos tres mil dólares. Los anillos tienen un costo adicional. Toda la joyería tiene que ser de oro, ya que lo contrario significa desprestigio.

Talento natural

La diseñadora Beatriz Canedo Patiño, a quien el presidente Evo Morales le encargó la confección de su traje para su posesión como primen mandatario, habla maravillada del "talento natural" que tienen las mujeres para combinar los colores.

También son hábiles tejedoras de los flecos de las mantas y combinan adecuadamente el sombrero y los zapatos, con la manta y la pollera, además de los accesorios.

Canedo, que diseña trajes en fibra de alpaca para personajes de la monarquía europea, entre otros, lamenta, sin embargo, la preferencia por las telas de origen chino. "Optan más por lo vistoso", dice, en lugar de valorar las fibras naturales. Pero eso no quita que lo hacen "realmente bonito".

En cambio, la ropa de los hombres es para ella "aburrida" y "nada los identifica con su cultura", lo que sí se ve en el área rural, donde utilizan "bellos textiles naturales".

Para confeccionar el traje de Evo Morales ella tuvo total libertad, en el marco de dos condiciones: que pueda usarse sin corbata y que se identifique con la cultura aymara. Eligió un tejido antiguo de alpaca, elaborado a mano con colores naturales, e hizo un diseño sobrio y elegante.

Su modelo fue copiado también por una de las fraternidades en 2006, pero no tuvo buena acogida por la identificación que se produjo con el partido del presidente, el Movimiento al Socialismo (MAS), explica el maestro sastre Alejandro Chino.

Influencia extranjera

En general, los varones optan por identificarse con la fraternidad, así que llevan corbatas, camisas e incluso joyas con el nombre de su grupo, indica Mendoza. Chino, que es dueño de la Sastrería Juventud y baila hace ocho años en "Los Intocables", diseña los trajes de su fraternidad. Él explica que las innovaciones de los varones son los detalles, como la ubicación de los botones, y la combinación de colores.

"Los Intocables" se caracterizan por lucir un abrigo negro largo, de napa o de cuero, sombrero de ala ancha y lentes oscuros, "a lo Al Capone", y debajo llevan trajes que se inspiran en la moda estadounidense.

La influencia extranjera ha sido evidente desde la masificación de la fiesta del Gran Poder, explica Mendoza y no es extraño ver ropa inspirada, sobre todo, en artistas mexicanos.

Una prenda obligatoria para las mujeres es el sombrero, ya que forma parte de la vestimenta de la chola. Su forma de hongo es tradicional, aunque desde el 2000 se ha impuesto la copa alta de 15 centímetros, explica Lidia Aliaga, dueña de Sombreros Bermuda. Esto permite que se luzca más el ramillete de oro.

Algunas personas afirman que prefieren la copa baja o regular, de entre 6 y 10 centímetros, pero a Beatriz Canedo le gusta más la alta porque así la llevaban las cholas de antaño.

Antiguamente, el "cholaje" sólo utilizaba sombreros "borzalino", pero quedó fuera de la capacidad económica de mucha gente, ya que su costo supera los 250 dólares. Mendoza comenta que afectó también el incremento de la delincuencia.

A los ladrones de sombreros se los conoce como "cumbreros" y eso ha provocado, afirma el sociólogo, que las mujeres, sobre todo, estén perdiendo o, incluso, no hayan podido adquirir la habilidad de manejar el sombrero únicamente con el movimiento de la cabeza. TERRA.

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